martes, 22 de junio de 2010

Waka-waka




Se lo digo por si es una de ellas, señora: me REVIENTAN las mujeres que se pasan el Mundial refunfuñando.

Se queja el que quiere pasar por intelectual; se queja la que quiere pasar por feminista; se pierden ambos la ocasión de disfrutar como locos. Yo soy sencillamente incapaz de sentarme una hora y media a mirar un partido; no entiendo el vocabulario específico, no distingo a los jugadores, no quiero que un rayo parta en veinte a cada adversario. Y sin embargo, ayer paré en cada uno de los 1027 puestitos que hay en la Avenida Pavón hasta que enocontré para Fidel una camiseta con el nombre de Carlitos Tévez; hoy le pinté de celeste y blanco los cahetes de Cuca y sus amigas en laprevia del partido; le serví tecito con budín a toda la concurrencia, porque éramos como diez cuando el referí empezó todo con su silvato. Si no es especialmente feliz por usted misma, señora, séalo por solidaridad con su marido, con sus hijos, y si no los tiene con el vecino de enfrente. Con Diego, corazón ¿le conté ya que cuando estaba embarazada de Fi le propuse a Fabi llamarlo Diego Armando? (Fabi no admitó un nombre que remitiera tan directamente a un personaje enorme así que le pusimos... Fidel).

En fin. Un verdadero espíritu perdíz sale de la queja y se suma a la fiesta. Mire si no. Mire este pedido. ¿Quién se liquida el permitido de la semana en la merienda del martes? Mariana, María y Anabella (gestiones a cargo de esta última). Comparten oficina así que Anabella pidió un paquetito en una caja que pudieran guardar para compartir; quería algo futbolero, que remitiera a Africa, y también femenino y... lo menos engordante posible ¿¿¡¡??!! CHAN.

Aquí la solución perdíz. Me siento casi un hada madrina.

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