martes, 22 de junio de 2010

Paz y amor



Creo que ya se lo conté mil veces: crecí en Adrogué, en casa de mis abuelos. Pero creo que no le conté que esa casa quedaba en una cortadita que eran casi unos corchetes, un espacio preservado del mundo exterior, una burbuja en la que una manada de chicos jugaba en la calle como en la mejor de los relatos que se escuchan ahora para graficar esa fantasía de "en mis tiempos no pasaban estas cosas". De esquina a esquina: Verónica y Norberto Pucci; Mariana, Paola y Natalia Mosca; Fabián, Elisabet y Mariel Aereboe reemplazados en una mudanza que recuerdo como si hubiera sido hoy por Mónica, Andrés y Germán Fernández Arias; Marcelito Grande; Martín, Sebastián, Juan Ignacio y Macarena Ucha. De un lado de mi casa estaban los Fernández Arias y del otro los Mosca.

Nos fuimos mudando, casi todos dejamos de vernos (yo seguí íntima de Maca y Mónica).

No sé hasta dónde puedo contarle así que se lo digo así: GRACIAS FACEBOOK.

Aquí la torta que me encargó Germán Fernández Arias para Paz, la hija de Mariana Mosca. No sé si meinterpreta lo que le quiero significar. Ya estamos todos. Hasta las perdices.

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