domingo, 29 de agosto de 2010

Un mundo ideal




Hace algunos años, cuando Cuca estaba en sala de dos o de tres, volvió del jardín con la consigna de hacer una bandera que representara a nuestra familia. No le dimos muchas vueltas, la idea surgió fácilmente: hicimos la alfombra mágica de la película Aladdin. Incluso a Fabi, que no distingue a Mickey del Pato Donald, le gustó el plan. Sintetizaba varias cosas acerca de nosotros: el placer de viajar juntos, el origen oriental, la forma en que al menos yo (Fabi no es tan básico) teníamos ganas de vivir nuestro rol como padres (guíar a nuestros hijos en incursiones panorámicas por preciosas regiones ideales). Cuando Cuca cumplió 4 hicimos una fiesta de disfraces y el tema volvió a surgir: ella fue de Jasmín y Fabi de sultán (yo hubiera querido hacer de odalisca pero a falta de cintura fui de Chilindrina, nomás, y con mi Chapulín-Fidelete).
Ahora reincidimos para el cumple de Sol, otra pequeña que visita mundos ideales de mano de padres dedicados que le siguen el paso a sus fantasías. Hubo de todo, porque esta familia conoce bien el repertorio perdíz: cookies con chocolate, con almendras, con nuez; trufas de chocolate; torta haragana, brownies, costrata de coco, cupcakes de brownie rellenos de mousse de chocolate y cheese cake; los toques especialmente pensados para la ocasión: cupcakes con apliques de lámparas mágicas, un rogel estampado de Jasmines y una torta de cielo, con la princesa y el príncipe surcándolo en la alfombra mágica.
Por supuesto Sol y Gabi ya están pensando en agosto del año que viene, no hay que perder el tren, señor, no hay que dejar que se escape la alfombra mágica, señora, cuando se trata de soñar.

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