¿Sabe qué me parece a mí? Que mis nueras nunca me van a querer tanto. No sé, es una sensación, no me imagino haciendo méritos para que me quieran así. Por lo pronto sus brownies nunca serán mejores que los míos, y eso habrá que remarcarlo -tanto mejor si es en un evento social. Y además ¿¿¿acaso ella pasó la noche en vela cuando tuviste otitis, Fidel??? No la señorita apareció un día cuando ya tenías veinte años y a otra cosa, no como tu madre que se quemó las pestañas haciendo los detalles de tus galletitas de Spiderman.
Me huele que más que inspiración habrá sets de jabones y sales de baño, un prendedor, cosas por el estilo.
Y me los mereceré, lo reconozco.
Por suerte no es el caso.
Otras suegras y nueras se encuentran en el mundo y se quieren. Mire si no.
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