domingo, 21 de febrero de 2010

Frida


Cuando su mamá y yo nos conocimos teníamos apenas y año más que ella ahora. Vivimos pared de por medio en Adrogué hasta que migramos hacia la Ciudad y además de ser tan amigas como siempre me convertí en la repostera de cabecera de su familia. Frida me ve y dice "Juli ¡torta!", y son los momentos en los que me alegra haberme bifurcado (ningún niño dice "Juli ¡Paper!", sepaló, señora socióloga). Aquí dos versiones para los festejos de su cumpleaños: cupcake con velita y minis para el almuerzo de entrecasa, y súper torta de chocolate macerada en salsa de frutillas, rellena de mousse de choco y cubierta de merengue para el festejo oficial. Ya entiende por qué dice lo que dice cuando me ve.

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