domingo, 7 de febrero de 2010

Qué noche Bariloche

Prometí foto así que cumplo. Aquí el momento del corte de la torta (decorada con flores silvestres y cardos, señora ¿no es genial?), sin rostros para no ser indiscretos aunque lo que hay alcanza y sobra para saber que el vestido de la novia no puede ser más hermoso, y que con esa silueta cualquiera quedaría pintado ¿no es cierto? quién diría que la novia es fan de CP.
Qué fin de semana, señor, una multitud de invitados llegaron a Bariloche para un festejo que ameritó cada kilómetro recorrido. Todos hospedados en el despampanate paisaje del lago Gutiérrez (que ganas de arruinar un lago con un nombre tan de sargento ¿no?), todos felices de presenciar tan inusual declaración pública de amor. Yo le lloro la boda a todo el mundo pero cuando los dos hermanos de la novia cantaron durante la ceremonia, le juro que casi me deshidrato. Angie estaba TAN linda, relajada, como volátil. Felipe... a él apenas lo conozco, pero se lo vio desvelado, como calibrando la forma en que lo premiaba la vida.
Y a los demás, bueno, qué suerte tuvimos. Dos días fuera del calendario. Dos días en un universo paralelo. Dos días siendo parte de ese despilfarro de felicidad, horas de fiesta, momento de ser testigos del inicio de algo más que prometedor.

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