jueves, 14 de enero de 2010

San Valentín, capítulo 2




Hace unos años le mandé a Fabi para San Valentín un ramo de flores descomunal a la confitería a la que todos los sábados por la mañana iba a leer el diario. Él cuenta que vio llegar al chico de la florería y pensó "¡Qué genio el tipo que hizo eso!" pero de pronto vio cómo lo distinguía entre todos y caminaba directo hacia él.
Señora, señor, he encontrado la forma de meter esa sensación en una caja y se llama Paquetito Paquete. Ya sé que ya lo conoce porque me encargó más de una vez y lo bien que lo hice quedar, pero esta vez es distinto. Esta vez las galletitas hablan de ustedes. Fijesé si no.
Un ejemplo: las de la última foto se la hice a mi prima Mercedes y su esposo Marcos. Ambos son lingüistas y en algunas galles escribí las palabras claves de sus papers. Como viven en NY les hice un avión para que Mer pueda volver a Adrogué, para ver a sus gatos, ya que tanto los extraña. Y hay ovillos de lana, y botones, y clones de los dos, y una réplica de un dibujo que ella hizo de él, y las banderas de sus países de origen. ¿Se entiende ahora?
Además de eso hay corazones, declaraciones de amor, de pasión, de locura. Y la buena noticia es que para San Valentín todo eso vienen en hermosas cajitas de hule con corazones en rojo y fucsia.
Y que viva el amor.

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