Otra batalla contra los males del universo

Señora llama a mi celular tipo tres de la tarde. Me duele la panza así que suspendí todo y estoy en la cama mirando Buscando a Nemo con Fidel (una interesantísima forma de perseguir la felicidad, a pesar del dolor de panza). Mientras digo "¿Holá?" Dory juega a las escondidas con pichones de toruga (escena sublime). Señora Simpática dice que le encantó mi blog y que quiere encargarme unas galletitas del Sapo PP. Le digo que mil disculpas pero que del Sapo PP no hago. Pregunta por qué y le digo que porque no me gusta y entonces no me van a salir lindas. Responde "¡JA!" mientras Marlin le cuenta a las tortuguitas cómo atravesó el oceáno en busca de su hijo. Fidel me abraza. Señora Contrariada (tono ya horrible) pregunta "¿Y se puede saber por qué no te gusta?". No tengo fuerzas para desarrollar la idea, me siento pésimo, y como iniste voy a grano "La canción me parece un poco pava y la voz de la cantante... ¡dios mío!". Señora Enojada ya no quiere que le haga unas galletitas sino darme una lección de vida. Dice "Qué ridícula. Los chicos la adoran". Señora Fuera de Sí no sabe con quién se mete. Le digo "Bueno, a un montón de chicos les gusta el paco y no por eso lo vamos a poner en la mesa de las fiestas infantiles, ¿no?". Señora Furiosa me acusa de censurarla. Le explico que su razonamiento está mal, que yo no quiero impedirle que haga las dichosas galletitas, que creo que estaría buenísimo que pudiera tenerlas y comérselas junto a su hijito, se las merecen, le digo que podrían incluso comerlas ecuchando la canción, bailar mientras comen, corear frenéticos "¡Le digo PP vení!", y hasta le paso el dato de algunas colegas para que les consulte, le insisto con que simplemente no las quiero hacer yo. Me dice un insulto que empieza con T. Hablo con Fidel al oído y se la devolvemos a coro, pero nuestra malapalabra empieza con P (¡cómo el tal sapo!). Cuando corto miro a Fi y le digo "Acordate que eso no se dice casi nunca, nada más cuando mamá te deja", y después nos quedamos en silencio, porque Dory está por hablar cetáceo.