sábado, 20 de marzo de 2010

Las ventajas de llamarse Zoe

Debe tener más de una, pero en lo que aquí nos compete resulta completamente beneficioso no llamarse María de las Mercedes o Felicitas. Gabriela ha sabido ser mi consuegra, cuando mi pequeña Cuca y su pequeño Dante se hacían mutuas declaraciones de amor y juraban que de grandes vivirían en París (canté pri para cuidar a los nietos). Despues cada niño fue a parar a un colegio distinto y nos reencontramos gracias al emprendimiento perdiz. Gabriela está entre mis clientas preferidas porque es de las que no esperan al fin del mundo para encargar una torta. Es más bien del rubro de las que al menor acontecimiento me llama para encargar unas trufas o cupcakes, siempre todo más bien chocolatoso. Imagínese entonces lo que pasa cuando hijamayorpatinadoraestrella cumple diez ¿Se imaginó? Bueno, por si no se imagina acá va una foto. Torta de dos pisos, ambos en bizcochuelo de chocolate macerada en salsa de frutilla y relleno de toneladas de mousse de chocolate, todo cubierto de merengue y con apliques de fondant. ¿Entendió a lo que me refiero? Y yo tan campante cuando estamos sólo a cinco años de los quince...

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