domingo, 21 de marzo de 2010

Paz espiritual


Hace un par de semanas mi abuela Esther (86 años pero está mejor que usted y yo juntas, le juro) arengó masas de primas y biznietos para organizar un viaje a Salvador de Bahía. Hacia allí partimos raudas en un par de horas, ella, mi tía Isabel, mis primas Camila, Josefina y Fernanda, mis hijos Cuca y (bendito tu eres) Fidel y yo. Fabi, marido abnegado, se queda en casa... Para que la culpa no me impida disfrutar 100% cada bocado de mousse de maracujá, le dejé un combito perdíz: cookies con chips de chocolate blanco, bizcochuelo de chocolate macerado en salsa de frutilla relleno de mousse de chocolate y cubierto de merengue con apliques de fondant, budincito de limón con cobertura de glasé, canapecitos cheese cake, Fabi-puchero de galletita, manzanas asadas (no todo en la vida es harina, señor). Y me voy tranqula con mi conciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario