lunes, 22 de agosto de 2011

Para los íntimos

Hace algunos meses me llamó mi amiga Dana. Quería saber si seguía con lo de las tortas, porque en caso de que estuviera pensando en volver al ruedo ella tenía algo entre manos y había pensado en mí. Lo de las tortas me tenía saturada. A fin de año había anunciado el cierre de CP y no había logrado bajar la cortina, apenas entrecerrarla un poco pero no lo suficiente como para dormir más o menos bien. CP había sido siempre yo con mi alma, la idea de contratar a alguien tenía un montón de obstáculos el principal de los cuales era que se desvirtuaba la idea original: hacer algo que me gratificara sin usar el cerebro; si se convertía en simple un medio para ganar plata perdía para mí el interés. Podía haber pensado en montar algo más serio pero eso implicaba que algo de la escencia del proyecto se borroneara y además hubiera tenido que sacrificar demasiadas cosas. Así que escuché, y lo que Dana me describió me entusiasmó, touché.
Y entonces hubo entonces galletitas para ese equipo glorioso que me sacó de la cocina para llevarme otra vez al pago con todo, volver no con el caballo cansado sino en un pingo que galopa en manada, retorno feliz.
Y como Mari no estuvo en esa reunión y no le guardamos nada, como es por lejos la más dedicada de las secretarias que haya conocido, un detalle para ella, con varita mágica incluida en honor a su capacidad para resolver lo que sea.
Esos días siguieron con dos haraganas (manzana, canela y nuez). Una para Juan Pablo, que cumplió años y es a dic to, y otras para mis tías lejanas con las que me reencontré después de casi 20 años, viaje en el tiempo del que la haragana fue una particular forma de adentrarnos en el recuerdo de mi abuela Blanca y de mi papá.
La chococheese cake fue para la noche de las elecciones porteñas. Nos juntamos con amigos a deprimirnos con los resultados esperables, así que hice esta torta gloriosa para amenizar el desancanto.
Por último, shots de mousse de arándanos y mousse de chocolate, y chocolate blanco, para una cena con mamásde la sala de Fi.

































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