lunes, 25 de abril de 2011

Una galletita vale más que mil palabras (bis)

Maratón de galletitas, señora. Las primeras, justo que empezaba a recuperarme, a sobreponerme, a olvidar el desengaño que me produjo ese final místico e infantil, de Lost, para el marido de Micaela; luego un paquetito campamentero, en táper, para Cuca y sus compañerode habitación (lo de "campamento" es relativo, digamos); y galletitas para decorar la mesa de cumpleaños de Ema, y para celebrar la llegada de Felipe y acompañadas de un paraguas en composé para Loló, que recibió el set en pijama y con una sonrisa de oreja a oreja.































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