Llegó la hora, señora: el broche de oro, la frutilla del postre, el cierre estelar. A pasitos nomás de diciembre el olor infalible de los jazmines remite a navidades adroguenses, la prolongación de los días intensifica el lazo social cual lo firmaba Durkheim y cual se huele en los asados que de pronto asoman cuando asoma la noche, el calor acerca unos fervores veraniegos a los que además da forma y color.
Y entonces por qué ¿por qué, me pregunto yo, uno va en ojotas por la calle y al mirar una vidriera no ve olas de mar sino copos de nieve? Entiendo que este señor llegará del Polo Norte, pero la manía de importar descerebradamente cualquier cosa me sulfura (¿o me sulfata?). El año pasado la resistencia perdiz planteó un cambio de sabores: dejemos lo navideño en la decoración y abandonemos los bodoques de masa seca y perfumada para optar por sabores más frescos. Este año vamos por más. Si bien nunca llegué a abdicar ante galletitas en forma de mitones de lana en esta ocasión el Papá Noel perdiz se saca toda la parafernaria y se queda en bermudas, ¡¡¡En zunga si usted me lo pide!!! Pídamelo y se lo desnudo. No es un arranque de nacionalismo sino de sensatez; no es una campaña contra el comercio internacional de adornos para árboles de otro hemisferio sino la llana intención de disfrutar algo que tenga que ver con algo y nada que remita a la nada.
Dicho lo cual, he aquí la propuesta de mesa dulce perdiz navideña y añonueveña:
-shots de mousse de naranja y mousse de chocolate
-brownies con copete de merengue
-tarteletitas de cheese cake con cereza
-tarteletitas de frutas secas
-cupcakes de dulce de leche con buttercream
-galletitas con formas navideñas y deseos personalizados
Para seis personas: $ 220
Para doce: $ 420
Y así susesivamente.
Además Paquetitos Paquetes de 12 galles $ 70 y clones de los asistentes a los festejos en bolsas individuales $ 6 each.
Fiestas frescas y deliciosas, hermosas y personalizadas, que hablen de nosotros, que tengan algo que ver con los que devoran y comparten, que leen sus deseos y se ven a ellos mismos hechos de masa, que brindan con mousses, que se chupan los dedos, que saben que un buen comienzo requiere antes de un mejor final.
Yo, estas navidades, voto por CP! Cuando era más niña (!?) hacía a papá Noel en traje de baño y con ventilador de mano (esa hélice a pila que tuvo una fugaz fama). Espero que llegue pronto el día que pueda comer otra de tus creaciones en lugar de dejar tanta cháchara por acá >__*.
ResponderEliminarBuenísimo!! Qué recuerdo el ventilador de mano... Besos, gracias por el coment.
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