sábado, 10 de julio de 2010

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Una tarde de marzo de 1997 -pequeño vestido a cuadros blanco y azul, sandalias chatas, bolso cargado de libros- abrí la desvencijada puerta del aula 510 de la facultad de Ciencias Sociales y lo ví. Lo ví apenas al pasar, porque era (¡ay! siempre igual) un poco tarde. Me apuré en llegar al fondo y sacar mi cuaderno para anotar lo que el profesor estaba diciendo, que era su nombre.
Si alguna vez se inventa la máquina del tiempo, mi primer destino será ese jueves a las 4 de la tarde pasadas. Me diré al oído: Prestá atención, lo estás escribiendo mal, y es el apellido que van a tener tus hijos. La joven Julia no se sorprenderá. No es que entonces supiera cómo irían a terminar las cosas. El amor a primera vista (sépalo, señora) no existe. Pero si en ese mismo momento el profesor se hubiera colado entre los pupitres para preguntarme al oído si tenía el pasaporte al día, y qué te parece si nos tomamos ahora mismo un avión, ahí mismo, unos segundos después de verle la cara por primera vez en mi vida, le hubiera dicho que sí.
Cuatro meses después (no, el cuatrimestre no había terminado pero sí, yo sí había aprendido muchísimo) el profesor me invitó a tomar un café. El hecho de que interrumpiera la conversación con un beso, sin preocuparse porque eso beso fuera a romper en un solo acto dos otres convenciones sociales (1. es mejor no andar a los besos con una alumna antes de que se cierre la nota; 2. nunca es prudente intimidar con señores que llevan alianza; 3. cuando se va a besar a una señorita importa chequear que tenga una cierta cantidad de años) es uno de los hitos más importantes de mi vida.
Un mes antes de ese 10 de julio (trece años antes que hoy) el profesor me preguntó qué quería hacer cuando me recibiera. Se refería a si iba a aplicar para CONICET, si intentaría una migración académica a Europa, si ya tenía pensado un tema de tesis. Le respondí: Me quiero casar y tener hijitos. No le aclaré con usted, pero ¿sabe qué? el profesor es astuto.
Mucho tiempo después (algún tiempo antes) Fernanda Cohen retrató esa charla en un cuadro que cuelga sobre nuestra cama. Aquí el maravilloso boceto.
Feliz aniversario.

7 comentarios:

  1. Qué linda historia y qué lindo dibujo!

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  2. Qué placer leerte!!!!!
    FELIZ ANIVERSARIO!!!!

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  3. Obvio que los amores de novela existen. Amazing :)

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  4. Hay que armar el libro de CP !!!!!
    como siempre, increible.
    mil felicitaciones, por todo.

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  5. Feliz Aniversario!!!!, me encantó el relato y el cuadro!!!.
    FELICIDADES PERDICES!!!!

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  6. Gracias a todas!! Ns habíamos quedado sin niñerapara salir solos y finalmente Cuca tuvo un cumple y a Fi lo invitó a la casa un amiguito, así que pudimos celebrar solarisssss.
    Más gracias, besos!

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  7. Increible como se disfruta leyendote.
    Me encanta. Feliz Aniversario!!!

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