viernes, 2 de abril de 2010
Todos los caminos conducen a Roma
Usted sabe que yo le cocino sobre el pucho (¡y nunca le doy nada que haya pasado por el freezer!) para que todo conserve su sabor original, ese que sólo tienen las cosas cuando recién salieron del horno. Pero esta vez hubo que anticiparse, darle tiempo al pedido para cruzar el océano. En un nuevo delivery intercontinental, Ana partió hacia Roma con estos regalos pascuales para su tía y su sobrino (que acaba de nacer, así que más para sus papás que para él ¿no?). Ya que estamos le muestro una de las nuevas cajitas, que se suman a las otras, y estas vienen en distintos tonos, hay mucho para elegir: nada freezado, nada standarizado. Nunca.
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